Y nosotros no la valoramos no somos capaces de dar gracias y compartirlo con otros que no han tenido la misma suerte que nosotros en acceder a ella y todos sus beneficios.… El ser capaces de tener acceso a todos estos medios se lo debemos a Eddison y su lámpara incandescente. De ahí un salto en casi 200 años, neones, antenas, microchips, cables, cables y mas cables… Realidades eléctricas y tecnológicas, gregarias, urbanas, dinámicas, eclécticas, ¡Sueños hechos realidad para mil, un millón o un millón de millones de personas!
Conexiones sin fin en un mundo “Globalizado”, pero solo una fantasía diáfana y abstracta para le 30% de la población mundial. Lugares rurales, algunos selváticos, hasta en nuestro país las aisladas localidades en el mas profundo desierto o bajo la tumultuosa nieve del sur. Lugares donde la radio no lleva armónicos sonidos, donde las noticias son una vez al mes, quizás mas, cuando alguien viene desde algún pueblo al que llego un periódico, realidades que deben admitir una sola visión del mundo, si es que pueden tenerla. Donde la Internet suena como una nueva marca de teléfonos celulares que quieren alterar sus apacibles vidas.
Y la red abogando por su neutralidad, siendo aun desigual su acceso, quizás una de esas personas en algún lugar del globo (o de Chile) tenga esa respuesta y tantas mas, pero mientras no llegue a ella esta bendita conexión, este contacto con un nuevo universo, el misterio y el conflicto prevalecerán.
No es solo como nosotros recibamos la red, es como la recibe el otro. Problemas como el Calentamiento Global o el Terrorismo no existen en estas personas las cuales no tienen este instantáneo acceso a la información, la idea de nación, continente, mundo, sistema, universo se hacen enormes frente a cualquier internauta que con un solo clic puede llegar a Alfa Centauro o el limite microondas de nuestro Universo.
Los Altermundistas son personas que niegan la globalización, pero la utilizan, tienen el espacio y el acceso para decir lo malo que es. Existen muchísimas personas que no pueden expresar lo que sienten al mundo, que quizás vivan en soledad, o poblados donde una enfermedad que ya se ha solucionado en todo el mundo los asole por no saber a quien recurrir. El acceso a Internet y la conectividad están mas allá de cuantos megabytes descarga del Ares por minuto un computador en Santiago y otro en Ámsterdam. Nos presenta un escenario de discriminación y exclusión en el cual todos somos responsables, responsables de no pensar en el otro.